domingo, 27 de diciembre de 2009

LA AUTORIDAD Y LA EDUCACIÓN


LA IGNORANCIA UNO DE NUESTROS FÉRREOS ENEMIGOS


Sin lugar a dudas existe un incremento en la violencia en todos los países, mejor dicho, en todo el planeta.

Pero hay un tipo de violencia que nos permite determinar el terrible estado social en que se encuentra el Ser Humano, y es la creciente violencia en los ámbitos educativos y familiares, que se ha relacionado, atinadamente con la falta de autoridad y disciplina en la educación de los más jóvenes, y esto parece coherente.



Movidos por esta terrible situación, políticas recientes en diferentes países, proponen que el profesor sea considerado una figura pública, con la dignidad que este título le confiere.


Pero, como han cambiado las culturas sociales últimamente, vale la pena hacernos una pregunta: ¿Es efectivamente la autoridad un requerimiento de la educación? Y otra pregunta sería, ¿Es legítima, y pedagógicamente conveniente? Vaya preguntas. Sobre todo en esta actualidad convulsionada que estamos viviendo.


Para el joven adolecente que no regula sus emociones, la autoridad educativa de padres y profesores, se convierte en una verdadera resistencia, que plantea una tapia, obstaculizando el proceso de maduración de quienes necesitan crecer en una determinada dirección, y este si es un verdadero problema cultural y social en los pueblos modernos, entendiendo que la etapa más vulnerable del ser humano en su crecimiento físico y psicológico, por todo lo que implica es la llamada, pubertad.


Teniendo en cuenta lo anterior, podemos agregarle, a la situación de violencia, la confusión que existe respecto al concepto de autoridad, que con frecuencia se ha ejercitado de un modo lesivo y desproporcionado a la libertad y dignidad humana. Se pierde el verdadero sentido de lo que es la AUTORIDAD.


Sobran ejemplos en la historia humana reciente, para muestra el botón del famoso socialismo del siglo XXI, y con frecuencia algunos mal llamados filósofos presentan un discurso erróneo que reducen de manera ignorante el uso de la autoridad a una figura flaca de poder. Pero este discurso contribuye a la identificación de la autoridad con autoritarismo y a percibir el ejercicio del autoritarismo como una acción que establece una relación social ilegítima.


La autoridad no se relaciona con acciones positivas, sino más bien se palpa ante ella una actitud generalizada de prevención y de acción neutralizadora de su posible fuerza.


La autoridad mal entendida se convierte fácilmente en tiranía, ostentación y agresión. Pero muy al contrario de lo que esta confusión producida por la ignorancia y la mediocre iniciativa de quienes pretenden educar, a esto la férrea contribución de algunos medios de comunicación que actúan como punta de lanza para quienes les conviene que se prolifere la decidía cultural, la autoridad es muy diferente; la autoridad trae consigo más compromisos que derechos o prerrogativas: Quien realmente está al mando debe dejar hacer, púes las cosas tiene diferentes maneras de hacer y aceptar que hay personas que pueden hacerlas mejor que él; tener un espíritu amplio, ya que las cosas pueden hacerse de diferentes maneras.


Ser paciente y comprensivo, pues todos nos equivocamos, y quien tiene la autoridad es quien enseña a hacer las cosas bien, y esto se convierte en muy corto plazo en lo que suele llamarse la autoridad moral y esta autoridad no es un derecho, se trata de una verdadera conquista, se gana con el respeto, con el ejemplo, y el cabal cumplimiento de las obligaciones, y su punta de lanza para la cumbre de la autoridad es el servicio, pero no cualquier servicio, se trata de un servicio donado y desinteresado; y cuando el servicio se convierte en la base de la autoridad se corona de liderazgo.


Por esta razón, el buen ejercicio de la autoridad genera un ambiente de confianza y armonía entre los subordinados, logrando un sano equilibrio entre la firmeza y la flexibilidad, sabe escuchar, prever, organizar, en fin, ejercer de manera correcta la autoridad implica mucho más que mandar.


Ahora bien, Al mismo tiempo que los ideales sociopolíticos anti-autoridad se extienden, el permisivismo impregna los contextos educativos y esto es peligroso, muy peligroso, interpretándose de manera equivocada que la autoridad conlleva siempre a una restricción de la libertad.


Como es claro, el abuso de la autoridad por parte de los educadores conduce a un rechazo natural de esta injusticia, pero hasta el extremo de negar el necesario ejercicio de la autoridad. La defensa de la libertad individual del alumno se contrapone a la posibilidad de que el profesor indique como debe ser su conducta.


La aplicación de manera estricta de los criterios democráticos de la vida sociopolítica a la educación suele distorsionar el proceso y por ende su mismo fin. Como sabemos la igualdad, la libertad, y la participación son básicos elementos de la función democrática, ¡bueno! eso creemos, pero en la práctica es muy diferente, convirtiéndose la democracia en una verdadera pantomima social y política; pero este es un tema distinto; por lo pronto continuemos.


Hoy en días las relaciones educativas adoptan una modalidad específica, en la que el reconocimiento de la autoridad del educador es tan importante como el reconocimiento de la dignidad de todos los sujetos que protagonizan la educación. Sin embargo, por lo general el educador impone la autoridad con una norma que le da la fuerza requerida para ejercer esta supuesta autoridad, y es en este punto en que hay confusión; pues cuando se ejerce la autoridad con este tipo de respaldo no se trata de autoridad sino poder.


La comprobación de cómo las personas aprenden o no aprenden bajo un clima social permisivo fuerza a reconsiderar la necesidad de la autoridad, al menos para el desarrollo educativo. La práctica demuestra que la permisividad tiene un efecto tan pernicioso como el autoritarismo porque el sujeto llega a considerar aceptable todo deseo personal, inclusive hasta el más violento, y la limitación al respecto inaceptable. Esta conclusión se entresaca tanto de los estudios teóricos como de los (desgraciadamente) empíricos.


No existe oposición entre autoridad y libertad del educando, ya que en el ambiente educativo, el peso fuerte de la autoridad del docente radica en su dimensión de auctoritas es decir, saberse socialmente reconocido, como profesor o educador, más que una dimensión de potestas o Poder. Esta autoridad del educador es legítima siempre y cuando cumpla tres requisitos, a) reconocimiento del educador en virtud de lo es y lo que sabe. b) ordenación de la actividad de los educandos con el fin de orientar su proceso de aprendizaje y maduración, ni más ni menos, en los aspectos y en el tiempo, necesarios. c) Trabajo educativo que contribuya al crecimiento de las personas, que es el fin último de la educación.


Para crecer se requiere certidumbre en lo que se hace. Esa seguridad se logra siguiendo las indicaciones de quien muestra cuidado afecto. Se obedece hasta que se alcanzan las competencias para desenvolverse por uno mismo.


Definitivamente, la autoridad en la educación responde a reconocer que al obedecer, ser dócil al que sabe más, es un comportamiento prudente. Las personas dependen de otros e su crecimiento. Mientras no puedan ser autosuficientes, tiene que acceder a seguir las indicaciones del que sabe más, al que han prestado su confianza. Es esta confianza, la actitud y sentimiento que permite no violentar la propia libertad. La Autoridad requiere de una responsabilidad, pero, ¿somos responsables al educar?



Para mis hermaitos y los del ENS en especial el glorioso


CER


Que Dios los bendiga y la Virgen los Proteja





martes, 15 de diciembre de 2009

Valores, Pero, Qué Clase de Valores



Unos años atrás que recuerde, en una de esas noches que tanto disfruto atendiendo a mis hermanos de los ENS en mi casa, dentro de la dinámica acostumbrada, uno de los presentes soltó una queja porque su hijo tenía problemas con sus compañeros en el colegio.


La queja era porque el trato cruel y burlesco en que los compañeros trataban al muchacho simplemente porque no estaban de acuerdo con las ideas de este; y dice la Madre con cierta tristeza, - ¨ Es que a Santi nos tocara sacarlo del colegió,¨ - (Palabras más o palabras manos) y baja la mirada con resinación; todos lo que estábamos callamos de alguna manera y nos solidarizamos con aquella mujer.

De tal manera que comenté, - ¨ Es que hoy en día pareciere que en los colegios no enseñan valores a los muchachos. Todo está al revés. ¨ -


Dentro de los asistentes había un Sacerdote a quien estimo mucho; pero lo que más estimo de este cura es que, con sus respuestas siempre me obliga a meditar y estudiar sobre diferentes temas. En esta ocasión el sacerdote alzó la mirada y dijo, - ¨ Valores, Pero, ¿Qué son los valores? ¨ miré fijamente al Padre y pensé, - ¨ Pero, que le pasa al Padre, ¿como dice esto? - Y le pregunté, - ¨ ¿Cómo así Padre? Pues, los valores que rigen una sociedad moderna y organizada,- ¨

Hoy en día entiendo lo que el Padre Ricardo quería decir. Ustedes perdonarán pero en ocasiones soy de efecto un poco retardado. La educación en los valores está de moda. La familia y la escuela, los gobiernos y diversos grupos sociales buscan enseñar y promover valores entre la gente, sobre todo entre los niños, adolescentes y jóvenes, aunque también entre los adultos.


La pregunta del Padre ahora se hace necesaria: ¨ Valores, Pero, ¿Qué clase de valores? O mejor ¿cuáles valores? ¨ Ahora me encuentro que la lista de valores es inmensa. Existen, además, valores que son más apreciados por algunos pueblos, sociedades y culturas, mientras que otros valores son menos apreciados. Un ejemplo claro es que los valores enseñados a nosotros y a nuestros padres en el pasado ya no son los mismos que los enseñados en el presente.


¡Vaya!, como siempre el Padre Ricardo me cuestiona sin quererlo, pero ¿saben? Me gusta y lo disfruto como Ustedes no se lo imaginan. Para responder, resulta necesario aclarar qué es ¨valor¨. Podemos decir que se trata de una propiedad o una dimensión que descubrimos en ¨algo¨ y que perfecciona o beneficia a quien escoge ese ¨algo¨. Espero que me haya hecho explicar.

Es claro que la definición es necesariamente abstracta. Pero para entender mejor bajémosla a algunos ejemplos. Alberto y Patricia tienen hambre. En la nevera encuentran quesos y jamones, y en la despensa tomates y frutas. De tal manera que cada uno de esos alimentos puede satisfacer, de modos distintos, el hambre de Alberto y Patricia: es ¨valioso¨ para empezar a comer. Si, además, alguno de esos alimentos es más saludable y permite cumplir con una dieta impuesta por los médicos, su ¨valor¨ lógicamente aumenta, sin que el alimento haya cambiado, porque hace más beneficio a quien lo come desde su situación particular.

Para ser más claro, el valor de algo, sea este, un objeto, una idea, un acto, una persona, consiste en la cantidad de beneficio a alguien, a quien escoge ese algo, y mucho, no todo depende de quién es ese alguien que escoge ese algo. ¡Miércoles! espero que esa claro, sino me escriben.

Y es en este punto cuando me doy cuenta existen un número inmenso de valores. Por ejemplo: El balón de fútbol tiene un valor muy grande para miles de chicos, mientras que interesa muy poco a muchos a señores de 80 años, ¡claro! que en este caso, no es mi caso. El color del apartamento es un valor fundamental para dos recién casados, eso me consta. El trabajo realizado con gusto en una buena tierra es un valor para el campesino, en fin. La participación en la Santa Misa todos los domingos es un valor para nosotros los católicos que quieren vivir en serio su nuestra fe.

Entre la enorme cantidad de valores, descubro que unos son más importantes, más hermosos y más nobles, porque llegan a aspectos centrales del corazón humano. Pero otros valores, en cambio, tienen una importancia menor, porque sin ser menos importantes quedan en un poso aparte, o porque producen un resultado muy pobre, y flaco por ejemplo, el placer o la autocomplacencia son resultados efímeros y vanos de quien escoge valores empobrecedores y superficiales, o porque satisfacen un deseo pero dañan al mismo tiempo dimensiones profundas de las personas y aun así pensamos que son valores o le damos el calificativo erróneo de valores.


Es decir, me refiero a ¿no es un valor conseguir más dinero, pero no es un daño enorme conseguir ese dinero a través de un fraude? Para una persona que ve a un negociante hacer una trampa, puede parecerle un ladrón, pero, para el comerciante solo se trata de una habilidad dentro de la dinámica del negocio.

Las diferencias que existen entre los valores permiten establecer una jerarquía y más cuando hay valores más importantes y otros más accesorios, por no decir menos importantes. Hay valores que llegan al espíritu y otros que miran sobre todo al cuerpo. Hay valores que promueven la unión y la armonía entre los hombres y otros que llevan al egoísmo y a la violencia. Hay valores que sirven sólo para la vida terrena y otros que llegan a la vida que existe más allá de esta vida.

Ahora bien. Cuando entendemos lo que es un valor, descubrimos que casi siempre está acompañado de lo que llamamos un antivalor. El valor de la solidaridad encuentra su antivalor en la insolidaridad. El valor del respeto tiene su correspondiente antivalor en el desprecio, en fin.

A lo largo del tormentoso siglo XX algunos filósofos elaboraron listas de valores y establecieron una escala de los mismos. Un ejemplo, tomado del P. Joseph de Finance (1904-2000), podemos clasificar los valores en los siguientes grupos:

a. Valores infrahumanos: existen realidades que valen para el ser humano en su dimensión más periférica. Por ejemplo, el placer, la fuerza física, la salud. Como dijimos, cada uno de esos valores tiene sus antivalores (el dolor, la debilidad, la enfermedad, etc.).

b. Valores económicos y eudemónicos: realidades con las que el hombre cree alcanzar cierta ganancia o beneficio desde el cual puede luego conquistar otras metas. Por ejemplo, el valor de la prosperidad, del triunfo, del dinero, entre otros.

c. Valores espirituales: realidades que valen porque permiten al hombre satisfacer sus deseos más profundos como persona, el conocer y el amar. Aquí encontramos los siguientes grupos de valores: del conocimiento (la verdad, la perspicacia, la memoria), de la experiencia estética (la belleza), de la vida social (la cohesión, la armonía, la solidaridad). También entran aquí los valores de la voluntad (fuerza de carácter, constancia). Algunos de estos valores se poseen de modo casi espontáneo; otros sólo pueden ser alcanzados después de un largo trabajo de formación y de esfuerzo.

d. Valores morales: son valores que tocan al ser humano en lo más profundo de sí mismo, en el uso de su libertad, en su responsabilidad. La enumeración es muy larga, pero podemos mencionar los siguientes: la bondad de corazón, la rectitud de conciencia, la sinceridad, la autenticidad, la lealtad, la laboriosidad, la fidelidad, la generosidad, la servicialidad, la magnanimidad, la justicia, la honradez, la gratitud, etc.

e. Valores religiosos: son valores que se refieren a nuestras relaciones con Dios. Aquí puedo mencionar, por ejemplo, el valor de la oración, de la piedad, de la veneración, la caridad, en fin.
Si logramos (y permítanme involucrar a Ustedes hermanos lectores) analizar algunos programas para educar en los valores, notamos en seguida la total ausencia de muchos de los valores que acabo de mencionar, y la presencia de otros valores que tienen su importancia, pero que no son esenciales para la vida humana.

Un ejemplo, se que se suele habla mucho de la tolerancia, del respeto, de la apertura, del diálogo. Pero se olvida que cada uno de esos valores a veces suelen ser virtudes, y que están estrechamente relacionados o dependen de otros valores y virtudes sin los cuales no se lograría nada.

En otros programas educativos hay cierta confusión, pues aparecen como superiores valores que son inferiores, si es que no se llega a mezclar valores y antivalores, como por ejemplo los comerciales de educación sexual que vemos patrocinados por la siempre poderosa PROFAMILIA. Hablar, por ejemplo, del valor del sexo como si cualquier acto sexual fuese valioso por el hecho de producir un placer es no sólo contraproducente sino terriblemente dañino, y lleva a consecuencias dramáticas e inimaginables al fomentar el desenfreno y la adicción sin límites que hoy en día vemos en nuestra sociedad. Por desgracia, dos antivalores en no pocos adolescentes.

Una sociedad que haga de la belleza física, la máxima frontera de la vida y que al parecer ante los demás con una figura juvenil, de la fuerza o del dinero los valores más importantes ha perdido la cabeza y la lógica de la verdadera vida avanzando hacia su desintegración profunda, con consecuencias desastrosas en las vidas de miles de personas.

Para evitar esos errores mortales, cualquier auténtica educación en los valores necesita reflexionar seriamente sobre lo que es el hombre y sobre aquellos bienes valiosos que le permiten acometer su existencia humana de modo correcto y bueno. Sólo con una buena antropología y sociología podemos reconocer la jerarquía de valores que pone a cada cosa en su verdadero sitio.

Los valores religiosos y morales son y deben ser los más importantes, porque se refieren a la dimensión decisiva de la existencia humana, en calidad y dignidad: su estrecha y total relación temporal y eterna con Dios y con los otros seres humanos. Luego siguen los valores del espíritu, que incluyen la disciplina mental para acceder a la verdad, para retenerla con una buena memoria y expresarla de modo claro y honesto; la fuerza de voluntad, que permite comprometerse en el trabajo, en el estudio o en las mil actividades de la vida familiar; la solidaridad, que lleva a los hombres a unir sus esfuerzos en la construcción de un mundo más acogedor; la justicia, que permite no sólo respetar los acuerdos o los derechos ajenos, sino promoverlos allí donde todavía son pisoteados... La lista podría ser muy larga, pero da una idea de lo urgente que es elaborar buenos programas de formación en los valores.

Una sociedad que sepa proponer un programa exigente y completo de valores, apoyados y vividos desde una educación para la virtud, permitirá que los niños, adolescentes, jóvenes y adultos maduren cada día en su humanidad, vivan abiertos a los demás, y se preparen en serio a la meta en la que se decide, para siempre, el bien verdadero de cada uno de nosotros: el encuentro eterno con Dios. ¿No debería ser esa la señal inequívoca de que hemos sabido ofrecer un buen programa de formación en los valores?

El trabajo es mucho, y lo peor no es que faltan obreros en la mies, lo peor es que son pocos los que tienen la voluntad de trabajar y servir en estos proyectos de enseñanzas. Ahora la pregunta es ¿Y Usted hermano lector, le falta la voluntad de hacerlo?

miércoles, 9 de diciembre de 2009

MARÍA SIMMA UNA CATÓLICA MODELO 8 PARTE



LA EUCARISTÍA lo más importante para TODAS LAS ALMAS - VIVOS Y MUERTOS


Cuando las almas aparecen, ¿la primera cosa que hacen es caminar hacia Usted atravesando la pared?


No, simplemente aparecen o entran por la puerta y la cierran detrás de ellas. Varía, pero normalmente me despiertan con un golpe o un llamado y cuando me despierto, allí están al píe de a cama. Esto es lo usual.

No quiero ni imaginarme si me llegara a pasar eso.

¿Existen días en los que más almas son llevadas del purgatorio al Cielo?

Sí. La mayoría de las almas son liberadas en Navidad, pero igualmente, esto depende de cuanto se rezó o se hizo por ellas. Ocurre en Navidad porque es el mejor día para las gracias. Y también en Viernes Santo, en el día de la Ascención y el día de todos los difuntos muchas lamas son llevadas a los Cielos.

¿Qué consejo tiene para quienes quieren ser Santos mientras están aquí en la tierra?

Sean humildes. Esa es la respuesta. No se halaguen a Ustedes mismos y nunca se olviden que no son mejores que los demás. Únicamente Jesús y su Madre María no fueron pobres pecadores mientras estuvieron en cuerpo entre nosotros.

¿En el Cielo se da algún proceso de crecimiento de alguna clase?

La teología por sí misma no puede responder esta pregunta, pero sé que una de las videntes de Medjugorje ha descrito que vio a su madre con Nuestra Señora en diferentes oportunidades, y que con los años su madre se ha vuelto mucho más hermosa. Esta pregunta tendrá que quedar como un misterio hasta que lo presenciemos nosotros mismos.

Muchas personas dicen que todos tenemos un ángel. ¿esto es cierto?

Sí, todos tenemos un ángel custodio.

Y cuando un alma llega al Cielo ¿Qué hace entonces con su ángel?

Su ángel se queda en el Cielo con ella. Los ángeles custodios solamente tiene la tarea de acompañar a uno de nosotros aquí en la tierra una vez.

¿Cuál es la relación entre un alma del purgatorio y su ángel custodio?

En algunas ocasiones se encuentran muy unidos. El alma puede ver a su ángel custodio, y e ángel custodio la consuela y protege si la atacan, y también la guía y le enseña.

¿Qué es lo que las almas del purgatorio más le piden?

La Santa Misa. La mayoría de las veces asistir a la Misa y que se celebren Misas; pero también rezar el Santo Rosario, rezar el Vía Crucis y otras oraciones.

¿Por qué Misas, en lugar de alguna otra cosa?

Porque en cada Misa se da la renovación de los sufrimientos de Jesús y su muerte en la Cruz. En cada Misa, una vez más, Jesús reza por nosotros: El Padre Pío, que frecuentemente sufría la pasión de Jesús durante la Misa, dijo que el mundo podría existir más fácilmente sin el sol que sin la Santa Misa. Esta afirmación debería darnos mucho que pensar y también es en mi opinión, profética. Al asistir a la Misa nos unimos a Jesús para salvar el mundo de la destrucción, y al ir a Jesús nos salvamos a nosotros mismos. La Misa es la mayor de todas las oraciones, el más maravilloso de todos los actos a escala mundial, y por otro lado, es tan misteriosa, pequeña y humilde. Al celebrar Misas por las almas del purgatorio las ayudamos en formas infinitas que entendemos realmente una vez en el Cielo cuando estemos todos juntos y con Jesús.

Que responsabilidad tan grande tenemos los que aun estamos en este planeta; y esta responsabilidad radica en permanecer en constate oración, no solo para no caer en la tentación si no para favorecer a las almas que se encuentran en el purgatorio.

Podría decir que de nosotros como Iglesia peregrinante, depende la Iglesia Purgante, es decir, las almas que se encuentran en el purgatorio.

Son muchas los temas y la información de esta Santa que no hace mucho murió, y por ende los invito a investigar más sobre la vida de MARÍA SIMMA quien era una católica sin igual.

No nos olvidemos de nuestros familiares que se encuentran difuntos, de nosotros depende menguar su sufrimiento en el purgatorio. Oremos, y oremos mucho a nuestra Señora que interceda por ellos y que la Misericordia de su Divino Hijo conduzca a las almas del purgatorio a la dicha de vivir con el Creador en los Cielos.

¡Gracias!

Para mis hermanitos y los del ENS en especial el glorioso

C. E. R

Que Dios los bendiga y la Virgen los proteja

4 de 11 del 2009.

jueves, 3 de diciembre de 2009

MARÍA SIMMA UNA CATÓLICA MODELO 7 PARTE


!LA VIDA ETERNA¡


A noche, continúe leyendo esta fasinante historia que me deja, como dice el argot popular, !cabezón¡ por la pensadera. La enorme oportunidad que muchas veces perdemos cuando no queremos hacer la voluntad de Dios.


Esta vida no es más que una prueba; una corta prueba, dentro de la realidad de la vida humana. Aquí vivimos unos 80 años aproximadamente si bien nos va, pero cuando morios entramos en la vida eterna, que se nos abre ampliando un enorme horizonte que en la actualida y por razones lógicas desconocemos, y comparado con los 80 años, estos son solo uno nano micro segundo perdido en la inagotable inmensidad de la eternidad. La vida eterna se nos presenta como una realidad ciertísima de la existencia humana, mejor dicho, ¿que estamos haciendo? Esto es para pensarlo muy bien y no dejar de lado esta certeza que por la virtualidad de este mundo materialista nos es difícil meditar.


Que desazón sieto, ¿cuanto me falta? y Usted lector, ¿de que se arrepiente?, o ¿cuanto le falta? Es claro que en esta vida terrena nos estamos jugando el futuro de nuestra vida, la verdadera vida, de la vida eterna bienaventurada, en presencia de Dios.


¿Qué pasa cuando la gente sabe que el purgatorio existe sigue con su vida y peca igualmente, pensando que no va ser tan malo?


!Se arrepentirán muchisimo de pensar de esa forma! Muchísimo más que quienes cometieron el mismo pecado sin saber de su existencia.


¿Cuál es el mayor objetivo de todo lo que Usted experimenta?


Dios permite que experimente esto para que, a través de mi apostolado, otras personas entiendan claramente que nuestra vida aquí es solamente para que nosotros ganemos la entrada al Cielo. Nuestro objetivo aquí es ser buenos unos con otros y de esta manera reunirnos con Dios, aquí y ahora y luego en la eternidad.


Teniendo este concepto en cuenta, la vida se vuelve muchos más preciosa para todos y lo absurdo de lo que mucha gente hace de su vida también se evidencia claramente.


Nos muestra la inmesidad del amor de Dios y la gloriosa belleza en la que puede transformarse la vida cuando trabajamos a su lado. Entonces, lo que se me ha dado a conocer debería y podría darles a las personas una orientación más clara y definitiv a lo largo de sus vidas, si desean participar de la voluntad celestial de Dios y de la belleza que resulta de la misma.


Resumiendo. ¿Qué es lo que Usted misma ha aprendido a lo largo de todos estos años de experiencias singulares?


A amar a Dios con todas mis fuerzas.


Discúlpeme lo atrevido de mi pregunta, pero ¿ha sido examinada por médicos o psicólogos?


Si. Hace ya mucho tiepo un profesor de Teologuía me mandó a hacer estudis de ese tipo y accedí. El resulado fueron seis hojas redactadas por profesionales que se ecunetran disponibles y que fueron recopiladas por profesionales por un doctor en psicología de Innsbruck. Las cipoas de estas se incluyeron en los archivos de un editor de un pequeño libro acerca de mis experiencias que se editó hace 25 años. Lo escribió mi viejo amigo y director espiritual el padre Alfonso Matt, y en él se incluyen mis experiencias


¿Existe de parte de la Iglesia lagún reconocimiento oficial respecto a su experiencia en articular?


Obedezco a mi sacrdote y a mi Obispo, quienes han dicho que mienras que todo sea teológicamente correcto, como lo ha sido hasta ahora, continúe con mi apostolado.


En un pricipio el obispo Wechner no estaba de acuerdo con que yo pudiera recibir respuestas para otrs personas. Me llamó y me preguntó de donde venían esas respuestas, entonces le contesté de la misma manera en que yo misma lo había averiguado cuando todo comenzó.


Al poco tiempo le pregunté a un alma de donde obtenía la inofrmación. Pensé quizás que regresaría al purgatorio a encontrar a la otra alma y pregntarle qué necesitaba para ser liberada. Pero la que se encontraba delnte de mí contestó en vez: ¨ No toda la información que tenemos viene de y con el consentimiento de la Madre de la Misericordia. ¨ cuando el buen Obispo escuchó esto me dijo, ¨ Bueno, es este caso, no puedo decir ni diré nada en contra de ello. ¨


¿Cuál sería, exactamente, la diferencia entre su experiencia y la de los espiritistas o también llamados médiums o intermedierios?


Si el público creyera solamente una cosa de lo que digo, desearía que fuera esta. La diferencia e smuy simple y muy clara y debemos aferrarnos a ella con toda serenidad. Lo que ocurre con los espiritistas es que creen que están llamando, a las almas de los muertos; pero si hay alguna reacción a su llamado, se trata siempre y sin ninguna excepción de una respuesta de satanás y sus colaboradores.


Los espiritistas e intemedirios hacen algo muy peligroso tanto para ellos como para las personas que se les acercan buscando consejo. Viven una enorme cantidad de mentiras. !No se nos permite que llamemos a los muertos! !Eso está totalmente prohibido¡ En mi caso, yo nunca los llamé, nunca lo hago y nunca lo haré. Jesús permite esto por medio de su Madre.Pero satanás, por su puesto, puede y lo hace, copiar y simular cualquier cosa y todod lo que viene de Dios. Se burla de Dios y de todas las cosas que Dios hace. Puede imitar las voces de las almas y copiar sus apariencias, pero sea cual sea la reacción que hubiera, se trata siempre del demonio. No se olvide, satanás tambíen puede curar; pero esas cicatrizaciones nunca perduran.


En fin, para quienes acostumbran visitar a los lectores de cartas y demás hijos del padre de la mentira, es mejor que tengan cuidado.


Bien, ya es hora de irme a trabajar, que Dios los bendiga.


Para mis hermanitos y los del ENS en especial el glorioso.


C.E. R


Que Dios los bendiga y la Virgen los proteja.


4 de 11 del 2009.